jueves, 24 de mayo de 2012

Por que a veces, las cosas malas, no son tan malas

Ante ciertas situaciones, no deberíamos girar la cabeza y actuar con una actitud de cobarde, como si nunca hubiese pasado nada. Me acaba de llegar un mensaje del Señor Realidad, dice: "Sí, ha pasado, no hagas como si no hubiese pasado. Reflexiona sobre tus errores y actua en consecuencia. Felices Fiestas." Que majete el Señor Realidad, siempre me manda un mensaje por después de los examenes.

Lo que trato de plasmar, torpemente, en palabras es, que nunca debemos olvidar en que hemos fallado o lo volveremos a hacer. Debo hacer mencion a aquella célebre la frase de Rafiki en aquella maravillosa obra visual que es El Rey León en la que recita:

Sí, es cierto. El pasado puede doler. Pero tal como yo lo veo puedes huir del él o... aprender".

No debemos ver un fallo, error o un fracaso como algo necesariamente malo. No. Debemos ver aquel fracaso como una buena oportunidad para aprender, para mejorar. No importa las veces que caigas, lo que importa son las veces que te levantes. Y yo este año lo he visto más claro que nunca.

A finales del curso pasado había un numerito rojo en mi cabeza que ponía: 3. Era el número de asignaturas suspendas de ese año. Por mi mentalidad, siempre me ha parecido eso de repetir asignatura o suspender algo malo, en algo deshoroso. Hasta este año. Ahora puedo gritar a los cuatro vientos que repetir esas asignaturas es de lo mejor que me podría pasar. No sabría ni una millonesima parte de lo que se ahora si no hubiese repetido dos asignaturas el año anterior y tres en el actual. No hay nada deshonroso en reconocer una derrota, es una de las cosas que nos hace humanos.

Pero no solo es aplicable a la formación, sino a la vida. ¿Qué es la vida sino una constante formación? Golpearte, caerte, levantarte. Golpearte, caerte, levantarte. Hasta que uno de tanto levantarse, aprenda a no caerse (o más bien, el porque de su caida). Y de esa manera progresamos, de esa manera maduramos, de esa manera crecemos.

2 comentarios:

  1. Repetir ayuda a afianzar conceptos y adquirir conocimiento de otros nuevos. Lo malo es que cada vez más repetir va a ser de ricos

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