Hace apenas unos días he recibido mi último pedido de Amazon y, a parte del regalo de cumpleaños de mi hermano, he recibido un lapiz USB de 8GB. Nada fuera de lo habitual hasta ahora. Bueno, más que lápiz debería llamarlo goma de borrar USB puesto que el tamaño, como se puede apreciar en la foto, es harto reducido.
Esto me lleva a reflexionar sobre un tema, que por otro lado, ya ha sido expuesto en innumerables foros de debate. Versa del abaratamiento de la memoria de almacenamiento a lo largo de los años. No es difícil comprobar que a día de hoy un disco duro SATA, con un tamaño aceptable, pongamos 1TB puede costar de media 85€ (como se puede observar en Alternate). Considerando que yo mismo pagué una cifra similar (o superior) por un disco duro de 320GB hace 5 años, da que pensar en ese aspecto. Pero sería cínico y de simples asumir que solo mejora la capacidad, también lo hace la velocidad de acceso e incluso el consumo energético.
Y ahora, en el año 2012 se puede adquirir una memoria USB poco más grande que el tamaño de la propia conexión, por la irrisoria cifra de 7,33 € (en Amazon, como antes comenté), que duplica, triplica, cuadruplica... la capacidad en sistemas de almacenamiento estándar de hace apenas 10 años, y obviamente el precio es insultantemente inferior.
Con el abaratamiento de los costes, todo está desencadenando va a desencadenar en una ingente cantidad de sistemas de almacenamiento con gran capacidad a un ridículo precio. Al adquirir la goma de borrar USB me ha dado la sensación que dentro en no mucho tiempo, todos estos aparatos desaparecerán puesto que tendemos a utilizar dispositivos con menor espacio físico. Esto conduce a un destino. Y sí. Es lo que pensáis, ávidos lectores: La nube.
Da la sensación de que de tanto reducir el espacio físico y aumentar el almacenamiento virtualmente, llegará un momento, y de manera gradual, que los soportes físicos quedarán reducidos a un segundo plano. No obstante, soy escéptico al pensar que nuestra CPU se desprenda de almacenamiento físico, y más con el "recién" llegado como son los discos SSD (Solid-State Drive, o Discos de Estado Sólido), que con el precio que tienen todavía, parece ser que su incorporación será lenta.
Lo bueno de todo ello es que esa sensación de sentirte idiota mandándote un correo a tí mismo, porque se te olvidó el pendrive, ha desaparecido gracias a servicios como Dropbox.
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