Rocky Balboa, boxeador retirado hace años, doble excampeón del mundo en los años 70/80 se enfrenta en pocos días al actual campeón del mundo de los pesos pesados. Su hijo Robert, opina que es una locura, que todo el mundo le tilda de loco por enfrentarse a una persona en la edad idónea para combatir, cuando Rocky cercano ya a los 60 ya es demasiado mayor. Robert le expone a su padre su convencimiento de que si sube al ring todo el mundo pensará que hace el ridículo.
Rocky: No te lo vas a creer. Pero cabías en la palma de mi mano. Te levantaba y le decía a tu madre "Este va a ser el mejor chico del mundo, este chico va a ser mejor de lo que nadie se imaginaba". Y fuiste creciendo, cada vez más estupendo. Era fantástico poder observarte, un privilegio. Y cuando te llegó el momento de hacerte un nombre y afrontar el mundo, lo hiciste. Pero en algún momento del trayecto, cambiaste. Dejaste de ser tú. Permitiste que te señalaran y que te dijeran que no sirves. Y cuando empeoró todo, buscaste a quien echarle la culpa, a una sombra alargada.
Voy a decirte algo que tú ya sabes. El mundo no es todo alegría y color. Es un lugar terrible, y por muy duro que seas es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente si no se lo impides. Ni tu, ni yo, ni nadie golpea mas fuerte que la vida. Pero no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte. Y lo aguantas mientras avanzas, hay que soportar sin dejar de avanzar. ¡Asi es como se gana! Si tu sabes lo que vales, vé y consigue lo que mereces, pero tendrás que soportar los golpes. Y no puedes estar diciendo que no estas donde querías llegar por culpa de él, de ella, ni de nadie. Eso lo hacen los cobardes, ¡y tu no lo eres! ¡Tú eres capaz de todo!
Yo te querré en cualquier situación, pase lo que pase. Eres mi hijo y llevas mi sangre. Tú eres lo mejor de mi vida. Pero hasta que no empieces a creer en tí mismo, no tendrás tu vida propia.
No olvides visitar a tu madre.
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