Señoría, un receso por favor

Sábado 15 de Octubre, el brillo de un portátil se ubica en perfecto contraste con la oscura figura de la noche que muestra mi ventana. Me arrasco la cabeza rezongando y miro el reloj de la mesa. Marca las 0:13, me froto los ojos y lo vuelvo a mirar. Sí, es correcto, es un Sábado por la noche y aquí estoy, frente al ordenador pidiendo un receso. ¿El motivo? Una pila de proyectos, prácticas y trabajos tienen la culpa.

De momento ya he acabado el más largo y aburrido. Se trata del documento inicial de un proyecto para la creación de una Empresa de Subastas. Un documento plagado de diagramas UML (Unified Modeling Language). Además de Casos de Uso, especificaciones de requisitos y explicaciones acerca del plan de desarrollo. En este proyecto habrá 3 entregables (iteraciones), siguiendo la filosofía de una metodología ágil. Será presentada en clase, con la consiguiente vergüenza responsabilidad de resultar convincente. Ahora inicio una fascinante búsqueda de información acerca de un sumador Alpha 21064 que tiene más años que tú, lector. Debería irme sentando, el Juez no tardará en llegar.

Vuelvo a mirar el reloj una vez más con la esperanza de que el tiempo se haya mareado y se invierta. Niego apesadumbrado con la cabeza. Ahora muestra 0:27 en su display. Son horas de bares o de titánicas batallas con el Buzz, no de teclear con el ordenador acerca de algún que otro computador.  Bueno, al menos se hace más llevadero al tono de “La posada de los muertos”.

El Juez Destino acaba de entrar en la sala, se acabó el receso. Continuemos.